lunes, 14 de marzo de 2011

Algunos aportes sobre el recuerdo y lo escrito en la obra Solitaria Solidaria de Laura Antillano

“El problema planteado por esta imbricación entre la memoria y la imaginación es tan viejo como la filosofía occidental. La filosofía socrática nos lego sobre el tema dos topoi rivales y complementarios: uno platónico y otro aristotélico. El primero, centrado en el tema de la eikon, habla de la representación de una cosa ausente; defiende que la problemática de la imaginación envuelve y comprende la de la memoria. El segundo, centrado en el tema de la representación de una cosa percibida, adquirida o aprendida anteriormente, aboga por la inclusión de la problemática de la imagen en la del recuerdo. Con estas dos versiones de la aporía de la imaginación y de la memoria, nunca terminamos de explicarnos”.

Paúl Ricoeur, La memoria, la historia, el olvido.


Se recuerda lo que se ha olvidado. Momentáneamente, temporalmente escondido, guardado, apartado. Hecho inconsciente que pretende economía emocional. Es imposible vivir recordando siempre, recordar siempre seria no aprender jamás. El recuerdo puede ser provocado, obedece a la voluntad. También puede aparecer solo, producto de estímulos que lo atraen, incitan, descubren. Existen recuerdos de hechos que no sucedieron, como los Déjà vu. A veces el yo rellena con falsos recuerdos lagunas de la memoria, ocurren entonces las fabulaciones. Otras veces se pierde la memoria en forma brusca o progresivamente, como en las diferentes Demencias.
Lo que se recuerda está ligado a la biografía personal, a la “patobiografía”. Nadie se descubre demenciado, todos nos descubrimos olvidados. El hombre ha resguardado desde el principio la memoria histórica. Desde los petroglifos, las Venus, mitos orales, canciones, el entierro de nuestros muertos, hasta los actuales discos duros de varios terabytes; han tenido como intención el recuerdo. La escritura ha sido el gran invento para la memoria, lo que se escribe no desaparece: frases como: “pásalo por escrito”, “escrito en sangre”, “anótalo en una panela de hielo” (se refiere al olvido), “eso quedará escrito en mi alma”. Demuestran la relación entre escritura y memoria.
El primer gesto biográfico de un hombre sencillo, sería el epitafio en la lápida de su tumba. El primero y el más corto, también el únicamente válido. Esa intención de preservar lo vivido ha llevado al hombre a desarrollos tecnológicos impresionantes para ese fin. Pero aún hoy la forma más sólida y eficaz de conservar los recuerdos son: la autobiografía y el diario. La historia de nuestra independencia (la protohistoria, la única válida a mi juicio), se encuentra plasmada en un diario de un hombre, es decir de un hombre, individual, único, Francisco de Miranda.
Ahora la pregunta pertinente parece ser: ¿puede considerarse a un diario o a una memoria o a una autobiografía, una creación literaria? Al parecer sí, empezando por afirmar, que, aunque todo lo que se escribe no es arte. Sí lo son aquellas cosas que escapan a la simple relación significante/significado. Es decir aquellas cosas que según Kant, tienen fin sin finalidad última.
El análisis de las posibilidades literarias, estetizantes; dentro de la biografía y la autobiografía son estudiadas a fondo por Mijaíl Bajtín. Para Bajtín “la totalidad biográfica de la vida con todos sus acontecimientos no es suficiente, ni representa un valor (este valor solo puede ser artístico)… Por autobiografía entendemos la forma transgresora más elemental, mediante la cual, yo puedo objetivar mi vida artísticamente”. Es decir que ya la misma intención de plasmar en discurso lo vivido, tiende al esteticismo y por ende a la creación artística.
Bajtín desarrolla una justificación ontológica de la autobiografía, al plantearse la lucha dialéctica entre el ser y el otro (la alteridad) como génesis de la validación de la existencia del ser, “el otro no es una invención mía, y constituye una forma valorativa que es afirmada por mí y determina mi vida”. En cuanto que el otro, quizás lector, quizás actor también se valida. Entendiendo que uno confiesa y el otro escucha, definiendo a la autobiografía como una confesión. Entendiendo también que ese ser en lucha con el otro debe poder escindirse para brindarse a la escritura. Convirtiéndose en el narrador omnipresente, objetivo, aun de su propia historia. “el principio interno de unidad, no sirve para un relato biográfico, mi yo para mí no podría relatar nada”.
Esa posibilidad de convertir un recuerdo, en una narración. Requiere del esteticismo de ese recuerdo. Entendiendo que esta dinámica creativa es una proyección (sin uso psicodinámico de la palabra) de la interioridad del hombre. Y es, en el acto, donde se valida la individualidad y por ende la creación. El acto autobiográfico escapa en sí del simple sentido de “contar algo”, situándose, elevándose hasta la obra ontológica que valida la existencia del ser.
En Bajtín, ese mundo interior se rige por la culpa (no hablando teológicamente), “El arrepentimiento del plano psicológico (enojo) se transfiere al plano creativo formal (arrepentimiento, no condena) llegando a ser el gran organizador y formador de la vida interior, para la visión y fijación valorativa de uno mismo”.
Esa intención de construir una narración sobre la base de los momentos vividos, convertidos en confesión, exteriorizados e incluso amplificados. Es identificada por Bajtín en “Las confesiones de San Agustín”. Es la confesión que rinde cuentas, tal confesión llega a ser tan intensa que “el héroe y el autor se funden en uno”.
El algoritmo creativo sería el siguiente:
1) La percepción del lector sobre la confesión-rendimiento de cuentas tiende a una “Estetizacion”.
2) La confesión-rendimiento de cuentas, es materia prima para una elaboración estética posible (que se aproxima a una biografía).
3) El sujeto de la confesión-rendimiento de cuentas llega a ser personaje.
Es necesario realizar otra pregunta para poder continuar: ¿Es la obra Solitaria Solidaria, una autobiografía? Decir que sí, sería un atrevimiento; en cuanto invasión, a la biografía individual, única, de la autora. Lo que podemos decir es que está escrita autobiográficamente.
Solitaria Solidaria, está escrita en cuatro momentos. Momentos relacionados con el recuerdo. Al principio se desarrollan dos momentos. El momento que recuerda, seguido del momento que juzga y valora lo recordado. La primera escena de la novela donde Zulay rompe con su pareja, es seguida de una serie de recuerdos previos a la escena de rompimiento. Donde la protagonista/narrador hace una serie de juicios vivenciales, morales etc... Es decir una confesión-rendimiento de cuentas.
Al principio es fácil distinguir, que es Zulay, quien recuerda y narra. Porque la sucesión de hechos permiten identificar que ambas narraciones tienen el mismo hilo conector, que es el recuerdo. Los recuerdos de Zulay. En el tercer momento Zulay descubre los diarios y cartas de Leonor. Entonces Zulay lee a Leonor, también Leonor podría ser leída por Zulay. Aquí ocurre la escisión del personaje/narrador en tres figuras, desencadenando en una polifonía.
Polifonía que desaparece en un punto culminante, cuando la narración de los recuerdos de Zulay coincide con la narración de Leonor. En cuanto a espacialidad y simbolismo, el ritual de la hoja de San Juan, de Leonor y el viaje a la playa de Zulay, donde se emborracha. Ambos momentos relacionados con lo iniciático, lo éxtasico, lo Orfico. Es ahí cuando se funden ambas narraciones (comparada a la imagen de fusión de los dos personajes de la película “Persona” de Bergman). En la escritura se evidencia la desaparición del cursivo, lo cual diferencia el discurso de Zulay y el de Leonor. Ahora hay una sola narración, que irrumpe y une: acabando con la escisión o spaltung.
Ese manejo de los tiempos, en la sucesión de hechos, constituye la habilidad de la autora. Para Bajtín: “en el cronotropo artístico literario tiene lugar la unión de los elementos espaciales y temporales en un todo inteligible y concreto. El tiempo se condensa aquí, se comprime, se convierte en visible desde el punto de vista artístico; y el espacio, a su vez se intensifica, penetra en el movimiento del tiempo, del argumento, de la historia”.

2 comentarios:

Orlan Silva dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Orlan Silva dijo...

Mis respetos. Buen argumento, no he leído los libros que mencionas, pero me llamó la atención la reflexión sobre el recuerdo...

Muy interesante
Saludos en letras
@OrlanSilva