La casa del Partido Comunista de mi ciudad
anciana ya,
casi con sus rodillas en tierra.
Limita al norte con el burdel la araña,
al este con el burdel punta brava,
al oeste con una avenida oscura de jíbaros y ratas que parecen conejos.
Al sur con otro burdel sin nombre,
pero por lo que vi adentro
debería llamarse el de los monstruos.
En su frente siempre acostado,
cirrótico
habita un viejo indigente.
Quizás sea su pareja
que se consuela con estar afuera y no entrar.
A su lado los obreros ahogan su tristeza en alcohol
pero no obtienen esperanza en ningún manifiesto.
Adentro casi siempre no hay nadie,
Huele aL adobe húmedo
a alcanfor piche
y a periódico húmedo.
Afiches viejos
ancianos viejos,
ideal marchito,
Partido comunista olvidado,
casa olvidada,
la madre olvidada.
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